LA
FOBIA SOCIAL DENTRO DE UN SISTEMA ESCOLAR
La sociedad actual se
caracteriza por unos niveles altos de violencia, desde el núcleo familiar hasta
los más diversos núcleos culturales, es
muy frecuente encontrar relatos y noticias sobre formas de violencia a todo
nivel: igual da una escuela o en una
iglesia, el senado o el congreso o ahí en el parque de cualquier ciudad.
En los cuadros más
frecuentes de ansiedad, se encuentra la fobia social, caracterizada por sentir
tensión y angustia ante diversas situaciones. Se torna peligrosa ya que por lo
general va de la mano con factores como la drogadicción, alcoholismo,
depresión entre otros.
La ciencia que estudia los
procesos mentales, sensaciones, percepciones y el comportamiento del ser humano
es conocida como psicología, de esta se derivan ramas, entre ellas la
psicología clínica, que se caracteriza por la investigación de
evaluación-diagnóstico, tratamiento y prevención que afecten al individuo.
Una de estas afecciones
sobre el individuo es la ‘’fobia social’’, es decir, un trastorno de ansiedad
que específicamente es el miedo a relaciones públicas. Quienes atraviesan por fobias sociales lo
hacen debido a la inseguridad, la falta de confianza consigo mismo, y un gran sentimiento de
inferioridad, es decir baja autoestima, esto inicia desde la niñez.
Durante la niñez, factores
determinantes como: eventos humillantes, estilo de crianza y el poco cariño de
los padres, hacen que el niño desarrolle y crezca dentro de una etapa de
timidez infantil. Debido a esto no sienten apoyo y piensan que cualquiera que
sean sus actos estará mal.
Estos pensamientos, sumados
a la carencia de apoyo, hacen que a medida que la persona crece, crecen junto a
ella sus miedos e inseguridad, ¨en efecto, el momento en que la inseguridad da
paso al miedo irracional, ya no es posible hablar de timidez, entonces entra en
escena la fobia social¨.
Recién estrenado el siglo
XXI, las nuevas generaciones temen más al juzgamiento social, a adquirir
responsabilidades; entre ellas, enfrentarse a una vida donde ya no se dependa
de figuras paternas, iniciar su vida laboral, entre otros.Impidiendo el
crecimiento individual, es decir, el miedo a ser uno mismo.Así pues, fácilmente
se convierten en fobias sociales.
Quienes sufren de este
trastorno, lo hacen acompañado por una serie de síntomas físicos y emocionales
como cualquier otra enfermedad; un ejemplo de estos síntomas son las
palpitaciones, taquicardia, sudoración, temblores, sensación de ahogo, nauseas,
desmayo, escalofríos, miedo a perder el control, entre otros.
Por el lado emocional se
encuentran temores como hablar en público, exámenes orales, relacionarse con
extraños, trabajar cuando lo observan, interactuar en grupo, etc.
Dentro del tratamiento
psicológico, se toma como ejemplo la psicoterapia grupal, hipnoterapia,
hipnosis, técnicas de relajación, el
enfrentamiento o exposición controlada a las situaciones temidas, que da como
resultado que la ansiedad disminuya poco a poco en el paciente y llegue al
punto de que quien la controle sea el mismo, y en algunas ocasiones
psiquiátrico cuando se es medicado, la mayoría de los fármacos utilizados para el
tratamiento de la fobia social pertenecen a la familia de los ansiolíticos.
Cuando el niño padece de
fobia social debe ser ayudado, animado y apoyado en casa tanto como la escuela, pues es
allí donde desarrolla sus habilidades, fortalezas o quizá temores.
En casa, los padres deben ser un ejemplo positivo para el niño, pues
él aprende al observar su comportamiento, controlará su ansiedad si vé que los
padres o adultos que
lo rodean también
lo hacen . En la escuela, el
maestro debe ser buen orientador, motivador y atender a las necesidades
específicas del niño. Aunque es un desafío atender dichas necesidades, las
escuelas deben transformarse en ámbitos donde cada uno de los alumnos tengan
las mismas condiciones y posibilidades de progresar considerando sus características
sociales y personales.
Se habla utópicamente pues
en pleno siglo XXI lo que hacen las escuelas en medio de sus exigencias
académicas es formar al alumno dentro de un entorno de competitividad, el niño
desarrolla con más facilidad su ansiedad pues tiene miedo a fracasar en la
actividad que sea y no es consiente que el fracaso no es perder, si no aprender
de los errores. La escuela que formó a nuestros
padres y la que
nos correspondió, inclusive
la escuela de hoy , tiene centrado su eje evaluativo en el fracaso como represalia para que
otros no repitan una u
otras conducta , no
se aprende del fracaso
se usa el fracaso para generar
miedo y temores frente
al futuro.
Una de las circunstancias
que contribuyen también al desarrollo de la ansiedad dentro de la escuela y
baja el rendimiento académico es el ambiente cargado de evaluaciones del sistema
escolar,se evalua bajo un concepto
de represalia, las
evaluaciones son generalmente exámenes que preguntan
sobre lo que deben saber los alumnos..no
se permite posibilidades
alternas. Se forma
al estudiante no para ver la
vida como un abanico
de posibilidades , sino como un mundo
en blanco y
negro , sin matices
intermedios y para ahondar
más ese sentimiento
de ansiedad, al salir
a la vida, la
vida de la casa,
de el parque, del barrio lo que
se encuentra es exactamente
lo contrario a
lo que la escuela
promociona con sus
prácticas de aula.
A los maestros y
los alumnos les gusta
mucho las evaluaciones con
única respuesta, pues así solo
se gana o pierde…no se piensa . y
el “resultado” es muy
fácil de obtener… la ansiedad ante las evaluaciones provoca errores
productos de la inseguridad y del temor, e inquietud psicomotora, lo que afecta
la atención y la memoria, esenciales para un buen desempeño .
Otra de las formas
que se utiliza en la
escuela es obligar a que todos los alumnos socialicen oralmente
de una manera perfecta,
deben salir al tablero y
exponer, con el miedo que produce estar frente a otras
personas, esto contribuye, además, al incremento del temor que puede
provocar el contacto interpersonal, especialmente cuando el alumno se siente
inseguro de sus habilidades sociales y tiene temor a las evaluaciones negativas
de sus compañeros, amigos y profesores.
Así mismo, los estudiantes ansiosos a menudo presentan
problemas en su socialización, porque su dependencia del adulto y sus propias
aprensiones los hacen aparecer muy infantiles ante sus compañeros.
Lamentablemente las escuelas
consideran que las evaluaciones son una
actividad especial que es realizada solo en ocasiones determinadas para
presionar al alumno a tener éxito inmediato y no una actividad constante y
permanente que permita estimar el progreso de acuerdo a los distintos ritmos de
aprendizaje de los estudiantes.
La incorporación de estrategias alternativas de
enseñanza y la flexibilidad curricular son fundamentales para facilitar el
aprendizaje de los alumnos ansiosos. Un elemento clave para diseñar proyectos
curriculares que se adapten a la diversidad de los estudiantes es detectar las
necesidades de aprendizaje y el tipo de evaluación necesaria para que los
alumnos con ansiedad
Finalmente,
si se entiende
la educación como un
fenómeno escencialmente social y
las fobias como
enfermedades igualmente sociales,es
importante que la
escuela vuelva sus ojos
a este problema para que
desde allí se elaboren propuestas para reducir su impacto en
la sociedad y de e
sta manera se
generen unas propuestas de
solución desde el aula.